un tiburón de 2,5 metros de largo y 125 kilos de peso a más de cinco millas
de la localidad costera.
La hazaña se produjo a primera hora de la tarde del sábado cuando el escualo
de sangre helada mordió uno de los anzuelos que pendían del palangre que el
pescador, que iba acompañado por su hijo de diez años.
"El pez se enrolló con el hilo de pescar", por lo que el pescador no podía dejarlo ir fácilmente, y por este motivo decidió cazarlo y llevárselo.
Si huviese pasado en barcelona o en caldetas me moria, que miedo no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario